Encino Siempre Verde

El Quercus Virginiana, conocido por su nombre científico, pertenece al género de árboles Quercus y es nativo de México. Este encino se encuentra comúnmente en el sur de Estados Unidos de América y en el norte de la república mexicana. El siempre verde es el encino más vendido en nuestro país.

El encino verde, como también se le conoce, se caracteriza por su gran tamaño y fronda; se trata de un árbol que puede llegar a medir hasta los 25 metros de altura, esto lo hace una de las especies más grandes e imponentes de la naturaleza.

Otra de las características más particulares del encino verde son sus hojas siempre verdes, es decir, es un árbol que mudará su follaje paulatinamente y será totalmente imperceptible pues durante todo el año siempre tendrá hojas. Cabe recalcar que el follaje de este encino es amplio, lo que ocasiona que se forme una copa redondeada de gran tamaño y estéticamente magnífico. Incluso, su copa puede llegar a medir hasta 30 metros de ancho, generando mucha sombra a su alrededor.

El encino siempre verde posee una corteza muy particular a diferencia de otras especies: cuenta con surcos grandes que se caracterizan por tener un tono marrón rojizo y una cubierta de pequeñas escamas.

El encino verde comienza a florecer en la primavera y produce flores minúsculas masculinas y femeninas; las primeras que se mencionan tienen una forma cilíndrica y en el caso de las femeninas se caracterizan por tener una forma de espiga. Una vez que se cumple el proceso de floración de este encino, su fruto aparece, el cual es una pequeña bellota que tiene una forma oval y que es un alimento de alto valor nutritivo para las aves y también para pequeños mamíferos como las ardillas. Dichas bellotas tienen la semilla del encino siempre verde en su interior; son pequeñas nueces de hasta 3 o 4 centímetros de largo que no se abren hasta que consigan madurar completamente. Además, la bellota cuenta con una cubierta en forma de óvalo que varía de tonalidad verde claro a café oscuro durante su proceso de maduración.

Al instalar el siempre verde, se deben tomar las siguientes precauciones:

En Viveros Tamez de Allende siempre recomendamos realizar un pozo para instalar el árbol con dimensiones 50% más amplias que las de la bolsa que contiene la raíz, esto debido a que se rellenará el espacio sobrante con tierra negra cribada, la cual provee de una mejor calidad de tierra y nutrientes alrededor de la raíz.

Una vez que se hizo el pozo y se agregó la tierra negra alrededor, recomendamos aplicar enraizador (a base de hormonas) alrededor del hoyo y después colocar el árbol en el centro. Es muy importante recordar que la base del tronco debe estar al nivel del suelo, ni hundido ni elevado.

Cuando el encino siempre verde ya está colocado en el pozo junto a la tierra negra, enrollaremos una parte media del tronco principal con cartón, este material servirá como protección para el tallo ante las 4 cuerdas que se sujetarán alrededor de ella anclada a 4 anclas colocadas en puntos cardenales en suelo.

Como punto final de la instalación, realizaremos el primer riego, el cual es vital para el encino. Este primer riego debe ser abundante, hasta encharcar el diámetro de la raíz del árbol. Después, durante el primer mes (incluso hasta los primeros 3, si se instala en canícula) deberá recibir riego diario buscando mantener la tierra bien húmeda pero sin encharcarla y suspendiéndolo en caso de lluvia. Una vez que se cumpla con este plazo, de 2 a 3 riegos a la semana bastarán para que se desarrolle el encino siempre verde perfectamente bien.